jueves, 21 de agosto de 2008

Princesa

Templada crónica de una criatura que vivió todos los vaivenes de la época, desde la religión oriental hasta la heroína. Resulta aún más devastadora al saber que Princesa está basada en una mujer de carne y hueso, que -para más señas- sigue viva, aunque algunos de los biógrafos de Sabina se empeñara en enterrarla.

Para que nos hagamos una idea de lo revolucionada que estaba la España de los años ochenta: el compositor de la música, el cantautor Juan Antonio Muriel, se presentó con Princesa en el arcaico Festival de Benidorm y ¡ganó la Sirena de Plata!. Pancho así lo revela: "El personaje original era una chica suiza que vivió en mi barrio, en Prosperidad. Fue un rollo de Joaquín. Ella salió de todo, superó incluso las drogas duras. Ah, y no llegó a tener cirrosis. La real es una historia menos turbia que la canción. A Joaquín siempre le ha gustado exagerarlo todo, es más literario".

De su sólida popularidad da testimonio el hecho de que nunca haya salido del repertorio, caso único. Continúa Pancho: "Y eso que la hemos tocado cuatro o cinco mil veces, teniendo en cuenta que hemos hecho 1300 conciertos y en cada gira la ensayamos y luego la usamos para la prueba de sonido". Hubo que presionar a Sabina para que la grabara: "Sospechaba que estaba contaminada por lo de Benidorm, nos quedamos en segundo lugar y no pudimos ni presumir de haber subvertido el festival. Ocurrió que, en los directos, el personal empezó a pedir Princesa. ahora puedo proclamar que ¡estoy hasta la polla de cantarla! (carcajadas)".

De la placa "Joaquin Sabina y Viceversa".

A dúo con Alejandro Sanz.

Placa "Dos pájaros de un tiro", en el video primero Joaquín interpreta junto a Serrat "No hago otra cosa que pensar en ti", hermoso tema de Joan Manuel adaptado para la gira:

Letra:

Entre la cirrosis
y la sobredosis andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa y,
en lugar de sonrisa, una especie de mueca.

¿Cómo no imaginarte,
cómo no recordarte hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.
Maldito sea el gurú
que levantó entre tú y yo un silencio oscuro,
del que ya sólo sales para decirme,
"vale, déjame veinte duros".

Ya no te tengo miedo nena,
pero no puedo seguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
porque tú me pidieras llevarte el equipaje.
Ahora es demasiado tarde, princesa...

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte con asalto a farmacia?

¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,
pero no pidas que me pase la vida pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.

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